No hay entre los infieles ningún pueblo más bien dotado que el japonés


-San Francisco Javier-


domingo, 27 de marzo de 2011

El Zipango eclesial

“La gente de la isla de Zipango (Japón) posee tremendas cantidades de oro. El tejado del palacio del rey es de oro puro, y los suelos están pavimentados con una capa de oro de un grueso de dos dedos”.

(Marco Polo)

  Japón y China comparten en su escritura unos caracteres (ideogramas) llamados kanjis, que tienen usualmente el mismo significado en ambos idiomas aunque no necesariamente se leen igual. “País en que nace el Sol”, que es como describió Shotoku a su imperio, se escribe “日本国” y se lee en japonés “Nippon Koku”. Éste es, por lo tanto, el primer registro escrito que se tiene del nombre de Japón (en japonés “Nippon” o “Nihon”)

Los kanjis de Nippon, “日本”, se leen “Yihpun” o “Xipon” en chino, y ese es el nombre con que escuchó Marco Polo que se referían a aquellas islas más allá del mar chino, cuando inició su famoso viaje por la Ruta de la Seda. Él las llamó “Chipangu” en sus escritos, y el nombre derivó a “Jipan”, “Japan” y finalmente “Japón” en español.

  Ese es el origen del término Zipango. El Chipangu de Marco Polo. Un país donde siempre nace el sol y además, como bien se encarga de recordarnos, está lleno de oro. Si tuviéramos que decirlo poéticamente diríamos que es un lugar donde estamos en un continuo amanecer primaveral. Y de ahí que este ronin católico llame a la situación actual de la Santa Madre Iglesia el "Zipango eclesial". Un Zipango donde Su Santidad Pablo VI nos recordaba bien que no todo es sol:

“Creíamos que el Concilio traería días soleados para la Historia de la Iglesia. Por el contrario son días repletos de nubes, tormentosos, con niebla, días de ansiedad e incertidumbre” (Alocución del 29 de junio de 1972).

Yo creo que sigue habiendo oro en Zipango, pero también que donde hay oro hay su correspondiente "fiebre del oro" y lo peor que ésta nos esconde en las relaciones humanas: la codicia y la avaricia. Los samurais, por el contrario, hemos de vivir en simplicidad.

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